Pekín se sofoca bajo una ola de calor extremo que bate récords
Una agobiante ola de calor azota este miércoles Pekín, donde se mantiene una racha récord de cuatro semanas con temperaturas máximas superiores a 35 ºC.
Las temperaturas extremas obligan a los repartidores a refugiarse bajo los puentes y a los habitantes a cubrirse la cara y los brazos con ropa protectora.
Frente a la famosa Ciudad Prohibida los turistas intentan combatir el calor con miniventiladores eléctricos.
"A mediodía, siento como si el sol me quemara las piernas, como si me quemara la piel", dice a la AFP Qiu Yichong, un estudiante universitario de 22 años, de visita en la capital china durante sus vacaciones de verano.
Grandes regiones de Asia, Europa y Norteamérica están inmersas en una fuerte ola de calor desde hace unas semanas, un fenómeno agravado según los científicos por el impacto de los gases de efecto invernadero.
La capital china batió el martes un récord de 23 años con 27 días consecutivos de temperaturas superiores a 35 ºC, según la Administración Meteorológica de China.
La temperatura registrada por la estación meteorológica de referencia de Pekín, en sus suburbios del sur, subió aún más el miércoles por la tarde, hasta los 36,3 ºC.
"Parece que este año hace más calor que nunca", dice Han Weili, una repartidora.
"Llevo una botella de agua helada cuando salgo e intento mantenerme hidratada para evitar los golpes de calor", explica.
Han, de 38 años, es el principal sostén de su familia después de que su marido sufrió una hemorragia cerebral el año pasado, impidiéndole seguir trabajando.
"A veces, cuando hace mucho calor, me siento un poco confusa o mareada", explica.
Trata de descansar "cerca de un río o bajo un puente" o trabaja cuando refresca por la tarde.
Sus ingresos dependen del número de entregas que haga y no gana más por trabajar en condiciones de altas temperaturas.
- Quedarse en casa -
Pese al calor, cientos de turistas hacen fila ante la histórica Ciudad Prohibida. Muchos llevan miniventiladores portátiles para mantenerse frescos.
En los estrechos callejones del centro de Pekín, varios habitantes van sin camiseta. Otros llevan abanicos para paliar un poco el calor.
El calor abrasador también elevó los niveles de contaminación atmosférica.
El gobierno de Pekín instó a los ancianos a permanecer en sus casas y a los niños a acortar el tiempo de juego al aire libre para reducir la exposición al calor y a la contaminación por ozono troposférico, uno de los principales componentes de la nube tóxica que envuelve la ciudad.
"Trabajo de 7 de la mañana a 7 de la tarde... En los primeros días (de la ola de calor) me sentía somnoliento todo el tiempo", cuenta Li Yong, que trabaja como guardia de seguridad.
"Trato de beber más agua y a buscar un lugar con algo de sombra", explica este hombre de 57 años.
La gente enciende el aire acondicionado en oficinas, casas y restaurantes para mantenerse fresca, lo que provoca un aumento de la demanda de energía, según los proveedores de servicios públicos.
Esto crea así un círculo vicioso en el que se queman más combustibles fósiles, lo que contribuye a calentar el planeta.
Pero el aire acondicionado es un lujo para algunos en la capital china. "Yo sólo tengo un ventilador", dice Li.
胡-L.Hú--THT-士蔑報