Boris Johnson, de nuevo bajo presión al ser multado por las fiestas durante el confinamiento
El escándalo de las múltiples fiestas ilegales celebradas en Downing Street durante los confinamientos volvió a caer el martes sobre el primer ministro británico, Boris Johnson, al saberse que él y sus allegados serán multados por estas infracciones.
El controvertido líder conservador, de 57 años, vio su puesto peligrar durante semanas por el bautizado como "partygate", que llevó a un grupo de diputados de su Partido Conservador a contemplar una moción de censura interna.
Sin embargo, desde la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero el foco de atención había cambiado, aliviando la presión política sobre Johnson.
Pero el martes la policía londinense anunció haber enviado más de 50 notificaciones de multas en el marco de esta investigación.
Y poco después se supo que Johnson, quien había defendido ante la Cámara de los Comunes que no se infringió ninguna regla, estará entre los sancionados.
También lo estarán su esposa Carrie y el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, hasta hace poco considerado favorito para sucederle en el poder pero recientemente sumido en su propio escándalo debido al ventajoso estatus fiscal de su multimillonaria esposa india.
El líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, pidió inmediatamente la dimisión del número uno y número dos del ejecutivo: "Boris Johnson y Rishi Sunak infringieron la ley y mintieron repetidamente a los ciudadanos británicos. Ambos deben dimitir. Los conservadores son totalmente incapaces de gobernar", tuiteó.
Scotland Yard lleva meses investigando denuncias de que Johnson y miembros de su equipo organizaron y asistieron a una docena de fiestas durante los confinamientos de 2020 y 2021 contra el covid-19, cuando el ejecutivo impedía a los británicos ver a sus seres queridos, que algunos no pudieron ni despedir cuando fallecieron.
El Reino Unido, con 67 millones de habitantes, es uno de los países más castigados por el coronavirus, con más de 170.000 muertos desde el inicio de la pandemia.
- Crisis política -
Es la primera vez en el Reino Unido que la policía sanciona a un primer ministro en ejercicio.
Pero Johnson ha descartado hasta ahora dimitir. Y la ira de los rebeldes conservadores parece calmada por la guerra en Ucrania.
"Que el primer ministro haya engañado a la Cámara de los Comunes es muy serio, pero estamos en plena crisis internacional y no estoy dispuesto a dar a Vladimir Putin la tranquilidad de pensar que vamos a destituir al primer ministro y debilitar la coalición" contra Rusia, afirmó el diputado conservador Roger Gale.
"Así que cualquier reacción a esto tendrá que esperar a que hayamos tratado la crisis principal que es Ucrania", agregó.
Desde diciembre, un goteo incesante de filtraciones a la prensa fue revelando una larga lista de fiestas, con imágenes en las que aparecía el propio Johnson, provocando la peor crisis política que haya vivido el líder conservador desde su gloriosa llegada al poder en 2019.
Estas incluyen desde celebraciones navideñas hasta la masiva despedida de un empleado -con música y muchas bebidas alcohólicas- en la víspera del funeral del príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, a cuyo entierro solo pudieron acudir 30 personas socialmente distanciadas debido a las restricciones.
También una celebración de cumpleaños del primer ministro, supuestamente organizada por su entonces prometida, Carrie, en la sala del consejo de ministros el 19 de junio de 2020.
Habrían asistido hasta 30 personas, incluida la decoradora que realizó la lujosa reforma de la residencia oficial de la pareja en Downing Street, cuya financiación causó otro de los numerosos escándalos que han salpicado a Johnson.
Después, un informe interno realizado por la alta funcionaria Sue Gray denunció una falta de liderazgo en Downing Street y una cultura de abuso del alcohol.
Sabiendo que su puesto pendía de un hilo, Johnson pidió en enero disculpas aunque sin reconocer más responsabilidad que la de no haber enviado a los empleados de vuelta a sus puestos de trabajo.
Tras haber negado inicialmente que hubiese fiestas en los locales donde vive y trabaja, reconoció después haber participado el 20 de mayo de 2020, durante el primer confinamiento, en un evento en los jardines de Downing Street.
Pero aseguró creer que se trataba de un "evento laboral", provocando sorna e indignación.
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