

El vicepresidente de EEUU viaja a Groenlandia tras las amenazas anexionistas de Trump
El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, tiene previsto visitar este viernes la única base militar de su país en Groenlandia, en un viaje considerado como una provocación tras las amenazas anexionistas de Donald Trump por esta isla autónoma de Dinamarca.
El mandatario republicano volvió a manifestar el miércoles sin rodeos sus intenciones de apoderarse del territorio para garantizar la seguridad de su país. "Necesitamos Groenlandia", dijo.
Frente a él, los gobiernos de Dinamarca y de la propia isla, se han puesto firmes.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, denunció "la presión inaceptable" de Estados Unidos tras el anuncio, a principios de semana, de la visita, sin invitación, de una numerosa delegación de la administración Trump.
Finalmente, la visita quedará reducida al viaje de Vance y su esposa Usha a la base militar estadounidense de Pituffik, situada en la costa noroeste del territorio. Esto permitirá que el vicepresidente sea "informado de cuestiones vinculadas a la seguridad del Ártico" y reunirse con las tropas, indicó su oficina.
Vance causó indignación entre los daneses a principios de febrero cuando dijo que Dinamarca "no estaba haciendo su trabajo (proteger Groenlandia), y no está siendo un buen aliado".
La base de Pituffik es una parte esencial de la infraestructura de defensa antimisiles de Washington, ya que su ubicación en el Ártico la sitúa en la ruta más corta para los misiles disparados desde Rusia contra Estados Unidos.
Conocida como Thule Air Base hasta 2023, la base sirvió como puesto de alerta ante posibles ataques de la Unión Soviética durante la Guerra Fría.
También es un lugar estratégico para la vigilancia del hemisferio norte y la defensa de la inmensa isla ártica que, según la administración estadounidense, los daneses han descuidado.
Vance "tiene razón en decir que no hemos cumplido los deseos estadounidenses de aumentar la presencia, pero hemos tomado medidas para responder" a ello, afirma a AFP Marc Jacobsen, profesor del College royal de Defensa danés.
En su opinión, Estados Unidos tiene que precisar sus demandas, si quiere que Dinamarca responda de forma más adecuada.
En enero, Copenhague anunció que iba a destinar casi 2.000 millones de dólares para reforzar su presencia en el Ártico y en Atlántico Norte.
El gobierne tiene previsto adquirir tres nuevos buques especializados para las regiones polares y dos drones más de largo alcance para la vigilancia.
- "No está en venta" -
Groenlandia es una enorme isla recubierta en un 80% por hielo que cuenta con hidrocarburos y recursos minerales claves para la transición energética.
Este vasto territorio de 57.000 habitantes, casi el 90% de ellos de la etnia inuit, dispone de autonomía dentro de Dinamarca, que conserva competencias en diplomacia, defensa y política monetaria y suministra una ayuda anual que representa un 20% del PIB de Groenlandia.
No es la primera vez que Trump habla de tomar el control de Groenlandia. Lo hizo durante su primer mandato (de 2017 a 2021) y volvió a la carga desde que ganó las elecciones el año pasado.
Estados Unidos "sabe que Groenlandia no está en venta. Sabe que Groenlandia no quiere formar parte de Estados Unidos. Se les ha comunicado sin ambigüedades, tanto directamente como en público", reiteró el miércoles Mette Frederiksen.
La mayoría de su población y todos los partidos políticos promueven la independencia del territorio, aunque discrepan en la velocidad de este proceso.
Según un sondeo publicado en febrero, prácticamente toda la población rechaza la idea de formar parte de Estados Unidos.
La isla se encuentra actualmente a la espera de la formación de un nuevo gobierno tras las elecciones legislativas del 11 de marzo que brindaron la victoria a la oposición de centroderecha.
"Nuestra integridad y nuestra democracia tienen que ser respetadas, sin ninguna injerencia exterior", dijo el lunes el primer ministro groenlandés interino, Mute Egede.
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