

El canciller de Surinam, nuevo secretario general de la OEA en tiempos revueltos
El canciller de Surinam, Albert Ramdin, guiará la Organización de los Estados Americanos (OEA) durante los próximos cinco años entre turbulencias financieras y políticas, tras ser elegido este lunes por aclamación.
El diplomático de carrera se convertirá a partir del 25 de mayo, cuando concluye el mandato del uruguayo Luis Almagro, en el primer caribeño a la cabeza de la organización creada en 1948.
Como era el candidato único tras la retirada del paraguayo Rubén Ramírez, Dominica y Perú pidieron que los 34 países con derecho a voto eligieran a Ramdin por aclamación durante una asamblea general extraordinaria celebrada en Washington.
Felicitaciones y sonrisas dieron paso a las intervenciones de los países miembros, que han dejado de manifiesto una vez más las divisiones entre la derecha y la izquierda.
La secretaria de Relaciones Exteriores de Brasil, Maria Laura da Rocha, fue implacable en sus críticas.
"En el lugar del diálogo, de la diplomacia y de la negociación la organización optó en algunos casos por la sanción" contra "aquellos considerados en conflicto" con los valores comunes, afirmó la ministra del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
En vez de "resguardar la independencia y los canales de comunicación con todos los lados en situaciones de tensiones internas" se ha "tomado partido en disputas internas generando el efecto contrario al pretendido", con lo que la OEA "perdió legitimidad" y capacidad de encontrar soluciones en crisis como la de Venezuela y Nicaragua, argumentó.
Brasil aboga por "la búsqueda de compromisos y de consensos", uno de los credos repetidos una y otra vez durante las últimas semanas por Ramdin, un diplomático de carrera de 67 años que conoce muy bien los entresijos de la OEA, de la que fue secretario adjunto entre los años 2005 y 2015.
Ramdin regresa por la puerta grande y con el apoyo de Estados Unidos, uno de los principales contribuyentes financieros de la OEA.
"Estamos seguros de que hará un excelente trabajo", declaró Michael Kozak, un alto cargo de la oficina para América del Departamento de Estado.
- La agenda de Trump -
Kozak ha dejado muy claro a sus socios las prioridades del presidente Donald Trump, quien libra una cruzada contra la inmigración ilegal y los cárteles de la droga.
"Le pedimos que priorice los esfuerzos para garantizar la seguridad de las fronteras de todos los Estados miembros, promover la aceptación de los nacionales repatriados, garantizar que se "implementen los requisitos de visa y mejorar las condiciones económicas", dijo.
"Es de vital importancia que trabaje con nosotros para impedir que las organizaciones criminales transnacionales aterroricen a nuestros países", añadió Kozak, quien elogió, como otros muchos miembros, la labor de Almagro, considerado por algunos demasiado alineado con Washington.
"Nunca se debe hacer la vista gorda" ante la "tiranía", insistió. "Los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua han privado a sus pueblos de sus derechos básicos, han encarcelado a sus oponentes políticos y han conspirado con adversarios extranjeros para socavar la paz y la estabilidad regionales", dijo el funcionario.
Sin citar a China, un observador sin derecho a voto cuya sombra alargada se proyecta sobre la OEA, el alto cargo arremetió contra "los actores antidemocráticos" de la región, apoyados por adversarios malignos extracontinentales que buscan expandir su influencia".
Pero Almagro, aplaudido y denostado a partes iguales, también fue blanco de críticas cáusticas.
La OEA no está autorizada a "intervenir en asuntos internos de los Estados miembros", opinó la canciller boliviana, Celinda Sosa Lunda, cuyo país celebrará elecciones generales en agosto.
- "Conspiración" -
"No admitimos que se repita la deplorable historia de conspiración y de injerencia protagonizada por el anterior secretario general", advirtió la canciller.
Su colega ecuatoriano, el viceministro de Relaciones Exteriores Carlos Játiva, reconoció que ante el "cambio de época" que vive el mundo Ramdin deberá conducir la OEA "en medio de un temporal".
Pero los permanentes cambios de orientaciones políticas "no deben impedir la conciliación de posiciones para el bien común", recordó.
El surinamés pilotará la OEA en medio de la vorágine reformista impulsada en Estados Unidos por Trump, con constantes amenazas de aranceles a sus socios.
Además el magnate republicano ha retirado a su país de organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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