Aldeas rurales de India se quedan sin agua para abastecer a Bombay
Lejos de los relucientes rascacielos de Bombay, los empobrecidos pueblos rurales de su entorno que abastecen de agua a la capital financiera de India se desecan, un problema que se repite en otras partes del país más poblado del mundo.
"La gente de Bombay bebe nuestra agua pero nadie allí, ni siquiera el gobierno, nos presta atención a nosotros ni a nuestras demandas", protesta Sunita Pandurang Satgir cargando en su cabeza una pesada olla metálica repleta de agua hedionda.
La demanda de agua crece aceleradamente en esta nación de 1.400 millones de habitantes, pero las reservas se contraen ante las lluvias erráticas y el calor extremo asociado al cambio climático.
El sistema de abastecimiento de Bombay y su población estimada de 22 millones de habitantes cuenta con varias represas conectadas por canales y tuberías que llevan el agua desde 100 kilómetros de distancia.
Pero los expertos alertan que, debido a fallos básicos en la planificación, la red a menudo no está conectada a cientos de aldeas rurales de la región y algunos distritos cercanos.
Los habitantes de estos lugares dependen de pozos tradicionales. Pero la demanda supera ampliamente los escasos recursos y las reservas de agua subterránea se encogen críticamente.
"Nuestros días y nuestras vidas giran en torno a pensar en recoger agua, recogerla de nuevo, y recogerla una y otra vez", afirma Satgir.
"Hacemos de cuatro a seis rondas por agua cada día (...) lo que no nos deja tiempo para nada más".
- Canícula y pozos secos -
El cambio climático está cambiando los patrones meteorológicos, provocando sequías más duraderas e intensas.
Los pozos se secan rápidamente cuando llega la época de calor extremo, que este año ha llevado los termómetros por encima de los 45 ºC.
En el momento álgido del verano, Satgir, de 35 años, dedica hasta seis horas a buscar agua.
Cuando el pozo se seca, la aldea depende de tanques enviados de forma irregular por el gobierno, dos o tres veces por semana.
Pero el agua que lleva no ha sido tratada y procede de un río donde la gente se limpia y los animales pastan.
La casa de Satgir en la polvorienta aldea de Navinwadi, cerca del pueblo agrícola de Shahapur, se encuentra a un centenar de kilómetros de las ajetreadas calles de Bombay.
La zona alimenta a las grandes represas que suministran alrededor del 60% de agua consumida en la metrópolis, la segunda más poblada de India, según las autoridades del gobierno local.
"Todo el agua a nuestro alrededor va a la gente de la gran ciudad y nada cambia para nosotros", lamenta Satgir.
"Tres generaciones de nuestra familia están vinculadas a ese único pozo", agrega. "Es nuestra única fuente".
La vicejefa del pueblo, Rupali Bhaskar Sadgir, de 26 años, explica que los habitantes a menudo enferman por el agua. Pero esa es su única opción.
"Hemos pedido durante años al gobierno que garantice que el agua disponible en las represas también nos llegue a nosotros", asegura. "Pero solo hace que empeorar".
Las autoridades, tanto a nivel regional como nacional, expresan su compromiso para abordar este problema y han anunciado repetidamente medidas para resolver la crisis de agua.
Pero los aldeanos aseguran que todavía no han visto cambios.
- "Soñamos con agua" -
El centro gubernamental de políticas públicas NITI Aayog preveía una "abrupta caída de alrededor del 40% de agua fresca disponible para 2030", según un estudio publicado en julio de 2023.
También alertó de "la creciente escasez de agua, del agotamiento de las capas freáticas y del deterioro de la calidad" de este recurso.
La historia se repite por todo el país, asegura Himanshu Thakkar, del grupo Red del Sur de Asia de Represas, Ríos y Gente, una organización que defiende los derechos de acceso al agua.
Esto es "lo típico que sigue ocurriendo por todo el país" y ejemplifica "los errores de la política económica de construir embalses en India", afirma.
"Aunque los proyectos se planifican y justifican en nombre de las regiones proclives a las sequías y sus habitantes, la mayoría acaban sirviendo únicamente a distantes áreas urbanas y fábricas", expone.
El primer ministro, Narendra Modi, que inició su tercer mandato este mes, anunció un plan para suministrar agua corriente a todos los hogares en 2019.
Pero los aldeanos de Navinwadi se resignan a vivir con un suministro estrictamente racionado.
Cuando llegan los tanques de agua, decenas de mujeres y niños corren hacia ellos con ollas, sartenes y cubos.
Entre la muchedumbre está Santosh Trambakh Dhonner, un jornalero de 50 años que ese día no pudo encontrar trabajo.
"Más manos significa más agua en casa", asegura.
Ganesh Waghe, de 25 años, explica que los vecinos han protestado repetidamente, pero sin éxito.
"No vivimos con grandes ambiciones. Solo soñamos con agua para la mañana siguiente", afirma.
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