Miedos y esperanzas de jóvenes madres en India, el país más poblado del mundo
India fue designada el mes pasado por la ONU como el país más poblado del mundo, con 1.430 millones de habitantes, en un momento de grandes esperanzas y temores entre las jóvenes madres por el futuro incierto que deberán afrontar sus hijos.
El récord de población se batió incluso con la disminución de la tasa de natalidad que fue de par con el fuerte crecimiento económico de las últimas décadas. Actualmente, las familias indias presentan una media de dos hijos, frente a seis en los años 1960.
Pero muchos habitantes tienen dificultades para encontrar trabajo, vivienda o un suministro fiable de electricidad, una situación que debe agudizarse en las próximas décadas.
La AFP habló con cinco mujeres que acaban de dar a luz o están embarazadas, en distintas partes del país, para conocer las aspiraciones y preocupaciones de las nuevas generaciones.
- "Me operaré" -
Sita Devi es analfabeta. Con 22 años y dos hijas, ella y su marido esperan tener esta vez un varón.
"Nuestro padre no nos podía educar. Éramos cinco hermanas y él era el único de la familia con ingresos", cuenta Devi en su aldea de Bihar, el estado más pobre de India, del cual nunca ha salido.
"Él era pobre" y "no podía alimentarnos, vestirnos o educarnos", explica.
Su marido gana ahora un exiguo salario como jornalero y ella pasa el día cuidando sus hijas de 2 y 4 años, ocupándose de las labores domésticas.
Sus vecinas tienen, en su mayoría, de tres a cinco hijos. Pero ella quiere parar con el tercero y se plantea una ligadura de trompas, el método anticonceptivo más usado en India.
"Esta vez, tanto si doy a luz a un niño como a una niña, me operaré", afirma. "Espero que podamos enseñar y educar a nuestros hijos para que prosperen y vivan bien".
- "Muchos problemas" -
En Goa, la música retumba y el centenar de invitados de Shobha Talwar disfrutan en el patio de un festín de arroz con pollo, pan y dulces para el bautizo de su bebé.
La hermana mayor de Talwar susurra el nombre, Shreyansh, en la oreja del bebé de un mes, antes de que los invitados lo cubran de regalos y las mujeres lo arrullen en su cuna con sus cantos.
"Vamos a tener muchos problemas. Todavía no tenemos casa propia y debemos pensar en la escolarización del niño", dice la madre primeriza, de 29 años.
El pequeño es el décimo habitante de la modesta casa de una planta junto a sus abuelos, sus padres, su tío, dos tías y dos primos.
El padre, Siddapa Talwar, de 30 años, que dirige un negocio de venta de hielo junto a su padre y su hermano, afirma que el sexo del bebé le da tranquilidad.
"Es un niño. Eso me hace feliz", dice, y agrega: "No me preocupo por su futuro. Mientras tenga un techo sobre su cabeza y pueda valerse por sí solo, estará bien".
- "Una dulce muñequita" -
Las chicas a menudo se consideran una carga financiera en India debido al duradero sistema de la dote, que obliga a los padres a pagar una cuantiosa suma al casar a sus hijas.
Pero Indu Sharma, de 25 años, residente en el montañoso estado septentrional de Himachal Pradesh, asegura que será feliz independientemente del sexo de su bebé.
"De hecho, mi marido quiere una hija, una dulce muñequita", dice a la AFP mientras se acomoda en una silla en su casa de dos plantas tras una visita de control prenatal.
"La sociedad está cambiando. Nosotras también somos tres hermanas y mi padre nunca se molestó por no tener un hijo", afirma.
"Nos crió con amor, así que no hay presión para tener un varón".
Indu Sharma cree además que debería hacerse más para incentivar a las familias a no tener tantos hijos.
"El gobierno debería ir a cada pueblo y explicar la necesidad de tener familias pequeñas", afirma. "Una familia pequeña es una familia feliz", subraya.
- "Sangre, sudor y lágrimas" -
La escritora y periodista Shreyosi, de 30 años, lleva casada cinco años y asegura que, como la mayoría de las cosas en su vida, el embarazo "no fue planificado".
Pero dar a luz a Aarya en marzo fue "uno de los viajes más hermosos" que realizó.
"Fue algo de mi propia sangre, sudor y lágrimas", explica Shreyosi, que no dio su apellido, en su casa en Bangalore.
Pero preocupada por la sobrepoblación y los problemas que esta genera, incluido el cambio climático, sostiene que la gente no debería tener demasiados hijos.
"Creo que debería haber una restricción del número de hijos que puedes tener", propone.
Uno de los motivos por los que India superó demográficamente a China es la política de un solo hijo aplicada a veces brutalmente por Pekín desde fines de los años 1970, hasta el punto de tener que enfrentar ahora los problemas de envejecimiento de la población.
Esta escritora no planea tener un segundo hijo, aunque puede cambiar de idea si su "hija necesita un hermano o una hermana".
"Pero debo asegurarme de que mis dos hijos sean criados de la misma manera (...). No debe haber disparidad", se dice.
- "Muy buenos padres" -
Engalanados con guirnaldas de flores en un salón de banquetes de Chennai, Saranya Narayanaswamy y su marido Sanjay ofrecen pétalos y cocos en un ritual hindú para su hijo por nacer.
Amigos y familiares cantan alrededor del fuego ceremonial en este rito destinado a asegurar el bienestar del bebé, dice Saranya, una profesional informática en el estado meridional de Tamil Nadu.
"Los sonidos, el humo que emana del fuego, todo se supone beneficioso para el bebé y la futura madre", explica.
Saranya se dice ilusionada por la inminente llegada de su primer hijo, pero preocupada por los desafíos que se anuncian.
"Esperamos asegurar que el bebé crezca bien", insiste. "Queremos ser muy buenos padres".
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