Lula celebra el "regreso de Brasil" al mundo tras su gira a China y Emiratos Árabes
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, celebró el domingo en Abu Dabi el éxito de su gira a China y Emiratos Árabes Unidos (EAU) y destacó la vuelta de su país "a la civilización".
"Regreso a Brasil con la certeza de que estamos volviendo a la civilización, porque el gobierno está haciendo lo que es su obligación, abrirse al mundo y al mismo tiempo convencer al mundo de abrirse a Brasil", declaró Lula a los periodistas antes de regresar a su país.
Su comentario fue una velada crítica a su antecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro, señalado por aislar a Brasil de gran parte del mundo.
La gira de Lula permitió alcanzar acuerdos multimillonarios de inversión y comercio con ambos países.
Los acuerdos con China alcanzan 50.000 millones de reales (10.180 millones de dólares) y los acuerdos con Emiratos 12.500 millones de reales (2.500 millones de dólares), apuntó el líder brasileño.
"Más importante que la suma de dinero es la posibilidad de nuevos acuerdos que se pueden alcanzar, no solo del punto de vista comercial, sino cultural, digital, educacional, porque queremos más estudiantes extranjeros estudiando en Brasil y más brasileños estudiando afuera", agregó.
Lula anunció además que invitó a Brasil a los presidentes de China, Xi Jinping, y de Emiratos, el jeque Mohammed ben Zayed al Nahyan, y que ambos podrían concretar la visita este año.
En Abu Dabi, la segunda etapa de su viaje tras pasar por China, donde se encontró con el presidente Xi Jinping, los líderes de Brasil y Emiratos anunciaron varios acuerdos, incluido uno para que la refinería de Mataripe, bajo control de Emiratos, en el noreste brasileño, invierta hasta 2.500 millones de dólares en un proyecto de biodiésel.
También hubo un pacto para cooperar contra el cambio climático.
Emiratos será sede de la cumbre climática de la ONU COP28, y Brasil es candidato para albergar la edición de 2025.
Los dos países dijeron que acordaron trabajar juntos para "promover una ambiciosa acción climática" en el resto del mundo.
Al respecto, Lula dijo que Brasil tiene una "extraordinaria ventaja comparativa" frente a otros países en materia climática por su matriz energética limpia y su potencial de inversión en nuevas fuentes energética renovables.
El mandatario brasileño fue recibido por el jeque Mohammed y su llegada al palacio presidencial fue saludada por una salva de 21 cañonazos.
Lula, quien ya gobernó el país entre 2003 y 2010, fue invitado por su par a asistir al iftar, la cena que marca el fin del ayuno diurno durante el mes sagrado musulmán de Ramadán.
El comercio bilateral entre Emiratos y Brasil ascendió en 2022 a 5.768 millones de dólares, con un alza de 74,5% respecto al año precedente, y un superávit de 740 millones a favor de Brasil, según datos oficiales del país sudamericano.
Por el lado de las importaciones, el 89% del valor total correspondió a la compra de petróleo y materiales bituminosos, derivados de los hidrocarburos.
- Críticas a EEUU por Ucrania -
En Pekín, el líder de izquierda anunció que Brasil está "de regreso" en la escena internacional, después de los cuatro años de relativo repliegue bajo el mandato de su predecesor ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022).
El presidente de Brasil, quien aspira a formar parte de una mediación de paz entre Rusia y Ucrania, instó a Estados Unidos a dejar de "incentivar la guerra".
A diferencia de las potencias occidentales, ni China ni Brasil han impuesto sanciones contra Rusia y tratan de posicionarse como mediadores en el conflicto que se desencadenó en febrero de 2022 cuando Rusia invadió la exrepública soviética.
Lula ha emprendido un delicado ejercicio de equilibrio entre Estados Unidos y China, dos potencias confrontadas por un número creciente de expedientes, entre ellos el de las tensiones entre Pekín y la isla de Taiwán.
En febrero, fue recibido en la Casa Blanca por Joe Biden y ambos se presentaron como adalides de los valores democráticos y defensores del medioambiente.
El sábado, antes de partir de China, Lula se mostró confiado en que este fortalecimiento de las relaciones entre Brasilia y Pekín no causará ningún "rasguño" con Estados Unidos.
Xi, por su parte, aseguró que el desarrollo de la economía china "abrirá nuevas oportunidades para Brasil y los países de todo el mundo".
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