Nuevas esperanzas de acuerdo para salvar la biodiversidad en cumbre de la ONU
Altos funcionarios que participan en las cruciales negociaciones de la conferencia de biodiversidad de la ONU en Canadá dijeron el sábado que confiaban en lograr un acuerdo para salvar la naturaleza.
Los observadores habían advertido que las conversaciones de la COP15 destinadas a sellar un "pacto de paz por la naturaleza" corrían el riesgo de fracasar por desacuerdos sobre cuánto deben aportar los países ricos para salvar los ecosistemas de las naciones en desarrollo.
Las conversaciones que comenzaron el 7 de diciembre parecieron estar al borde de la ruptura hace unos días cuando los países en desarrollo abandonaron las reuniones por la cuestión de la financiación.
Pero el optimismo pareció dominar la atmósfera este sábado.
"Estoy muy confiado en que seremos capaces de mantener nuestras ambiciones y lograr un consenso", dijo a periodistas Huang Rinqiu, ministro de Medio Ambiente de China, país que preside la cita.
Su homólogo canadiense, Steven Guilbeault, coincidió: "Hemos logrado un progreso tremendo... No sé cuántos de nosotros pensamos que podríamos llegar allí".
Huang dijo que publicaría un borrador del acuerdo a las 08H00 locales (13H00 GMT) del domingo y escucharía posteriormente los comentarios de los principales delegados.
Las negociaciones duran oficialmente hasta el lunes, pero podrían extenderse más si fuera necesario.
"Ahora no es el momento para pequeñas decisiones, ¡vamos a lo grande!", tuiteó este sábado el presidente francés, Emmanuel Macron. "Trabajemos juntos para lograr el acuerdo más ambicioso posible. El mundo depende de ello".
- Alejar la extinción -
Los delegados están trabajando para hacer retroceder la destrucción del hábitat, la contaminación y la crisis climática que amenazan con la extinción de aproximadamente un millón de especies de plantas y animales.
El texto final debe ser una hoja de ruta para los países hasta 2030, después de que el último plan de 10 años firmado en Japón no lograra ninguno de sus objetivos, algo atribuido a la falta de mecanismos de monitoreo de su implementación.
Los más de veinte objetivos que se debaten incluyen un compromiso fundamental para proteger el 30% de los espacios terrestres y marítimos, una meta que se compara con el compromiso del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global en un tope de 1,5 ºC.
También se discute sobre la reducción de los subsidios agrícolas dañinos del medio ambiente, obligar a las empresas a monitorear y divulgar sus impactos en la naturaleza y establecer políticas sobre las especies invasoras, entre otras cuestiones.
Las comunidades indígenas, que salvaguardan el 80% de la biodiversidad, quieren que su derecho a la administración de sus tierras se consagre en el acuerdo final.
Reclaman "titular las tierras indígenas" u otro mecanismo que les convierta en "socios" de la implementación del acuerdo que sea aprobado en la COP15, explicó Viviana Figueroa de la comunidad indígena de Ocumazo (Humahuaca, norte de Argentina).
"Somos nosotros los que hacemos el trabajo. Protegemos la biodiversidad", dijo Valentin Engobo, líder de la comunidad de Lokolama en la cuenca del Congo. "No nos reemplazarán. No los dejaremos".
- Financiamiento -
La cuestión de cuánto dinero enviarán los países del norte a los del sur, que albergan la mayor parte de la biodiversidad del mundo, se ha convertido en el mayor punto de conflicto.
"Si el marco no va acompañado de los recursos adecuados, estaremos destinados a repetir los mismos fracasos que vimos después de Aichi", advirtió Brian O'Donnell, director de la ONG Campaign for Nature, en referencia a la anterior conferencia de la biodiversidad.
"Si es débil, ciertamente nos opondremos y alentaremos a las partes a oponerse y no firmar un acuerdo débil", agregó.
Los países en desarrollo dicen que las naciones avanzadas se han enriquecido a costa de la explotación de sus recursos y que es hora de que les paguen para preservar sus ecosistemas.
Varios países han anunciado nuevos compromisos, tanto en la COP como en otros espacios recientemente. La Unión Europea prometió 7.000 millones de euros (USD 7.400 millones) hasta 2027, el doble de su compromiso anterior.
Pero estos compromisos aún están muy por debajo de lo que los observadores dicen que se necesita y de lo que buscan los países en desarrollo.
Brasil, en nombre de un numeroso grupo de países en desarrollo, pide 100.000 millones de dólares anuales, diez veces más de los fondos que aportan en la actualidad.
La entrega de ayuda internacional por medio de un nuevo fondo, de un mecanismo existente llamado Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), o de una solución intermedia que involucre nuevos recursos dentro del FMAM, aún está en debate.
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