La reina Isabel II aparece sonriente en un concurso ecuestre
Isabel II apareció sonriente el viernes en una prestigiosa competición ecuestre en Windsor, en imágenes difundidas buscando disipar la preocupación sobre su estado de salud pocos días después de que fuera reemplazada por su hijo Carlos en una importante cita parlamentaria.
Muy aficionada a los caballos, la reina, de 96 años, fue fotografiada sonriente y relajada cuando llegaba a bordo de un automóvil al "Royal Windsor Horse Show", cerca del Castillo de Windsor, unos 40 km al oeste de Londres, donde reside desde el inicio de la pandemia.
Con gafas ahumadas y una chaqueta de punto azul oscuro, apareció sentada en el asiento delantero de un Range Rover.
Desde la ventanilla bajada del vehículo, se la vio intercambiando algunas palabras y riéndose con un pequeño grupo de personas.
Varios de los caballos de la monarca participan en esta competición.
Por problemas de movilidad y siguiendo el consejo de sus médicos, Isabel II renunció el martes a pronunciar el tradicional discurso del trono que marca cada año el inicio de una nueva sesión parlamentaria.
Es la tercera vez que falta a esta importante cita constitucional en sus 70 años de reinado y la primera que es reemplazada por su hijo Carlos, príncipe heredero de 73 años, dando un nuevo paso en la transición progresiva de las funciones monárquicas debido a sus creciente problemas de salud.
En los últimos meses sus apariciones públicas se han vuelto muy escasas, se la ha visto andando con un bastón y se quejó de que le cuesta moverse. Según la prensa británica, utiliza silla de ruedas en la intimidad.
La salud de la reina preocupa desde que en octubre pasó una noche hospitalizada para someterse a "pruebas" cuya naturaleza nunca se precisó. También se infectó con el coronavirus en febrero, lo que según dijo ella misma la dejó "muy cansada".
Su anterior aparición pública había sido el 29 de marzo, con motivo de un misa en Londres en honor de su difunto esposo, el príncipe Felipe, que murió a los 99 años en 2021.
Su ausencia del discurso del trono había generado dudas sobre su participación, a principios de junio, en las celebraciones del "jubileo de platino" que marcaron sus 70 años de reinado, todo un récord para un monarca británico.
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