

Tiendas en dólares en Cuba, nuevo capítulo de una historia de amor y odio
"Esto no es para nosotros", le dijo Michael a su hijo en un supermercado estatal en La Habana que solo acepta dólares. En su última estrategia para captar divisas, el gobierno revive su histórica relación de amor y odio con el billete verde, y acentúa las desigualdades.
El primer ministro Manuel Marrero anunció en diciembre la apertura de esas tiendas como "un proceso necesario" para "adquirir las divisas" que se mueven "de manera ilegal" y alimentan un mercado cambiario informal, donde el dólar se cotiza a 350 pesos, casi el triple de la tasa oficial (120).
Sometida desde 2017 a un endurecimiento del embargo económico de Estados Unidos, Cuba enfrenta serios problemas de liquidez y busca por esta vía captar las divisas que sus ciudadanos reciben por remesas familiares, segunda entrada de moneda dura del país, después de los servicios médicos que exporta a otras naciones.
La gran novedad de estos mercados es que reciben dólares en efectivo, lo que no sucedía en el país desde 2004.
Michael, de 40 años, que no quiso dar su apellido, contó a la AFP que al pasar por el acomodado barrio de Miramar, entró en un flamante supermercado situado en la planta baja de un hotel de lujo, que en enero se convirtió en el primero en ser dolarizado.
"Nada más que entré, me dijeron (que el pago era) en dólares", explicó Michael, que salió del mercado con las manos vacías, pues solo tenía algunos MLC (moneda libremente convertible), que cambió por pesos en el mercado informal.
El MLC es una divisa virtual creada por el gobierno en 2019, cuando comenzó la dolarización parcial de la economía, y depreciada en el mercado negro.
Entonces "fue complicado explicarle eso al niño" y le dijo: "Vámonos, porque esto no es para nosotros", comenta Michael, quien colgó su título de profesor de matemáticas y trabaja como auxiliar de carga en un negocio privado, que le paga mejor.
- El príncipe y el mendigo -
En una isla enfrentada a su peor crisis económica en 30 años, con escasez de alimentos, medicinas y recurrentes apagones, sorprende ver a personas saliendo de estos supermercados con carritos repletos de alimentos, un lujo para la mayoría de la población.
"Aquí siempre que hemos venido, hemos encontrado lo que buscamos", explica a la AFP Enzo Puebla, un ingeniero industrial de 24 años.
"Sacan huevos, el aceite que estábamos buscando y venden muchos cárnicos", precisa el joven, que recibe remesas de su familia.
En Cuba, donde el salario promedio ronda los 5.000 pesos (42 dólares), quienes no tienen acceso a esa divisa encuentran difícil comprarla, incluso a la tasa de cambio oficial.
Para el economista Mauricio de Miranda, "el problema más grande de la dolarización cubana es que es parcial, porque solo se dolariza una parte importante de los gastos de consumo de la población, incluso en bienes básicos para la sobrevivencia, pero no se dolarizan los ingresos".
"Esto lleva necesariamente a la exclusión de las personas que no tienen opciones de obtener dólares", precisa De Miranda, académico de la Universidad Javeriana de Cali.
La amplia oferta en las tiendas dolarizadas, que se multiplican en la isla, contrasta con los estantes vacíos o llenos de un mismo producto en los comercios en MLC, abiertos en 2019.
Frente al Supermercado de Tercera y 70, otro comercio opera en MLC. Con sarcasmo, los cubanos los bautizaron como "El príncipe y el mendigo".
- Amor y odio-
La relación del gobierno comunista con el billete verde ha sido una montaña rusa. El dólar se prohibió por primera vez en 1959, tras el triunfo de la Revolución Cubana, y su tenencia implicaba hasta un año de cárcel.
En 1993, el líder Fidel Castro (1926-2016) despenalizó el dólar y se abrieron las primeras tiendas en esa moneda para la población, como parte de las medidas para enfrentar la crisis económica que generó la implosión del bloque soviético, entonces principal aliado económico de la isla.
En 2004, Castro retiró el dólar de la circulación directa, al reemplazarlo por una moneda local indexada.
De hecho, la nueva estrategia recaudatoria oficial "es una copia casi al carbón de la dolarización parcial de los años 1990", asegura la economista cubana Tamarys Bahamonde, investigadora asociada de la Universidad Americana en Washington.
La pandemia, la caída del turismo y una fracasada reforma monetaria en 2021, que incluyó una fuerte devaluación del peso, representaron un cóctel explosivo que disparó el precio del dólar en el mercado negro, mientras el Estado buscaba desesperadamente recuperar su liquidez.
El gobierno defiende su ofensiva dolarizadora como un paso transitorio hacia la desdolarización del país.
"Ningún proceso dolarizador se ha revertido, y Cuba es casi un caso de estudio que evidencia las dificultades que se enfrentan cuando se intenta desdolarizar", advierte Bahamonde.
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