Las fresas amenazan Doñana, joya natural del sur de España
En Andalucía, corazón del cultivo de fresas en España, un proyecto de regularización de las explotaciones ilegales enfrenta a agricultores, políticos y ecologistas, inquietos por el futuro del parque natural de Doñana.
"Esta seco... Muy seco". De pie en medio de una extensión de dunas y de pinos, Juan Romero examina la tierra quebrada y el horizonte polvoriento. "En esta época, eso debería de estar cubierto de agua, y lleno de flamencos", suelta, desanimado.
Miembro de la plataforma Salvemos Doñana, este jubilado lleva años luchando por la defensa de este parque del sur de España, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que da cobijo a miles de especies de animales y plantas en sus 100.000 hectáreas de lagunas, marismas, dunas y bosques.
Cada año, más de 500.000 aves acuáticas pasan el invierno en esta reserva situada en el margen derecho del estuario del río Guadalquivir, cerca de su desembocadura en el Atlántico.
"Doñana es un paraíso para las aves migratorias. Pero ese ecosistema ahora está en peligro", debido al "cambio climático" y a la "sobrexplotación" de las reservas de agua por los inmensos campos de fresas situados más al norte.
Esto es motivo de preocupación para los ecologistas, que temen que el fenómeno se agrave como consecuencia de un proyecto de ley para aumentar los derechos de riego en la región, que está siendo promovido por el gobierno de derechas de Andalucía, con el apoyo del partido de extrema derecha Vox.
Esta iniciativa "podría llevar a regularizar hasta 1.900 hectareas" de cultivos de frutos rojos, actualmente irrigados "por pozos ilegales", denuncia Juanjo Carmona, de la ONG medioambiental Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). "Para Doñana, sería un desastre".
- "Oro rojo" -
El proyecto, al que se opone el gobierno central de izquierdas, está actualmente en suspenso debido a la convocatoria de elecciones anticipadas en la región el 19 de junio. Pero tanto el conservador Partido Popular, que lidera las encuestas, como Vox, que podría acabar de socio de gobierno, prometieron recuperarlo si ganan.
Esa regularización "no supone ningún peligro para Doñana. Lo único que se pretende es reparar una injusticia" con los agricultores, "reconocer el estatuto de granja para esas explotaciones dejadas de lado" por la primera regularización, explicó Rafael Segovia, responsable de Vox en la región.
En 2014, el gobierno andaluz -entonces dirigido por la izquierda- quiso poner orden en el cultivo de la fresa, tras años de desarrollo anárquico y de aumento de las perforaciones clandestinas para regar fincas ilegales, y regularizó unas 9.000 hectáreas de cultivos establecidas antes de 2004.
Eso dejó fuera de la legalización unas 2.000 héctareas que empezaron a cultivarse a partir 2004. "El plan se hizo mal. Hubiera sido mas justo tomar como fecha [de corte] 2014", estimó Rafael Segovia, pidiendo que se tenga en cuenta "la importancia económica del sector".
La provincia andaluza de Huelva, donde se encuentra Doñana, es la primera región exportadora de frutos rojos de Europa. Produce 300.000 toneladas de fresas al año, es decir, el 90% de la producción española.
Este "oro rojo" emplea a entre 80.000 y 100.000 personas y genera casi el 8% del PIB regional, según la federación Freshuelva.
- Inquietud de los supermercados -
En este pulso, los ecologistas pueden contar con apoyos importantes, como el de la Unesco, que reclama desde hace años acabar con las explotaciones ilegales, y se opone a una regularización cuyas consecuencias medioambientales serían "difícilmente reversibles".
Bruselas también expresó su "inquietud", esgrimiendo la amenaza de sanciones financieras contra España, un año después de ser amonestada por la justicia europea por no cumplir sus obligaciones en la gestión del agua en Doñana.
Y como muestra de la inquietud que despierta el proyecto, una veintena de cadenas de supermercados europeas, entre ellas Lidl, Aldi y Sainsbury's, grandes compradores de fresas españolas, pidieron a la Junta de Andalucía que abandone su proyecto.
Una movilización que preocupa al sector. Esta situación puede dañar la reputación y que los consumidores piensen "que toda la fresa que se cultiva en Huelva es ilegal", lamentó Manuel Delgado, portavoz de la asociación de agricultores Puerta de Doñana.
Esta asociación, que agrupa a 300 explotaciones, decidió desvincularse del resto de agricultores y oponerse a la regularización de las explotaciones ilegales, a las que acusa de servir a "los intereses particulares de una minoría".
Los recursos hídricos "son limitados", insiste Delgado, que teme que las explotaciones legales se vean obligadas a reducir drásticamente su tamaño por falta de agua. "Para nosotros, eso sería la ruina".
- Amenazas de muerte -
Ante la avalancha de críticas, los promotores del proyecto tratan de calmar temores. "En Huelva, no hay problema de agua, es mentira, se ha creado un problema artificial", asegura Rafael Segovia, que sostiene que bastaría con traer agua desde una presa en el río Guadiana, en la frontera con Portugal, para resolver los problemas de los agricultores.
Una solución considerada poco viable por el WWF. "Esa solución también tiene los días contados, porque cuando falta lluvia, falta en todos sitios", estima Juanjo Carmona, que reclama "repensar realmente el modelo" agrícola en esta región de España que sufre desde hace décadas una sequía crónica.
¿Cuál será la decisión final de las autoridades regionales andaluzas? Tanto el Partido Popular como la asociación de agricultores partidarias del proyecto declinaron hablar.
"La situación" entre partidarios y detractores de la regularización "es muy conflictiva", relata Juan Romero, revelando que los ecologistas recibieron.
Cerca de él, una garza planea antes de desaparecer tras las dunas. "Si no hay cambios radicales, que pasarían por frenar la sobrexplotación del agua, podemos decir con toda la garantía que Doñana será un desierto", sentencia el activista.
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