Banco Santander consigue un nuevo beneficio récord en el primer semestre
El gigante bancario español Santander anunció el miércoles una revisión al alza de sus previsiones para 2024, tras alcanzar un nuevo beneficio récord en el primer semestre del año, gracias a un aumento de sus márgenes y la captación de nuevos clientes.
El principal banco español, con fuerte presencia en Europa y América Latina, generó un total de 6.059 millones de euros (6.575 millones de dólares) de beneficio neto durante los primeros seis meses del año, frente a los 5.240 millones de euros del primer semestre de 2023.
Esa cifra, un nuevo récord semestral para la empresa, coincide con las expectativas de los analistas encuestados por el proveedor de información financiera Factset, que esperaban un beneficio neto de 6.000 millones de euros.
De esta manera, el gigante bancario, que ha revisado al alza sus objetivos para 2024 con un ratio de rentabilidad superior al 16%, podría alcanzar el hito simbólico de 12.000 millones de beneficios para el presente ejercicio, tras el récord de 11.080 millones del año pasado.
"En un entorno geopolítico volátil, confiamos en cumplir los nuevos objetivos gracias a nuestra diversificación de negocios y mercados", señaló en un comunicado la presidenta del grupo, Ana Botín.
Santander explicó que el buen desempeño se debió al crecimiento de sus márgenes operativos, con un mejor control de sus costos, y por una fuerte actividad comercial, gracias a la llegada de cerca de 4 millones de nuevos clientes, principalmente en Brasil, donde captó más de 3,1 millones.
La empresa, que se ha convertido en los últimos años en uno de los grupos bancarios más rentables de Europa, generó unos ingresos bancarios netos -equivalentes a su facturación- de 23.457 millones de euros (25.450 millones de dólares), un 12% más que hace un año.
Los resultados positivos compensaron en gran medida el aumento de provisiones realizadas por el grupo debido al impuesto excepcional a los grandes grupos financieros introducido a principios de 2023 por el Gobierno de izquierda español, con el fin de financiar medidas de apoyo al poder adquisitivo.
Este impuesto, para el que el Santander aprovisionó 335 millones de euros a principios de 2024, deberá aportar 3.000 millones de euros en dos años al Estado español.
Inicialmente debía finalizar en 2024, pero el ejecutivo optó por perpetuarlo, debido a la persistencia de una inflación elevada que le llevó a prorrogar determinadas medidas de apoyo al consumidor.
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