Una planta nuclear ucraniana en terreno controlado por Rusia "opera con normalidad"
Casi dos meses después de que fuese tomada por las tropas rusas, en la planta nuclear de Zaporiyia en Ucrania quedan pocos vestigios de los combates que generaron miedo de un posible desastre nuclear.
A parte de un edificio administrativo que quedó calcinado, este vasto complejo, que es la mayor planta nuclear de toda Europa, parece estar intacta, según constataron periodistas de la AFP en una visitar organizada el fin de semana por el ejército ruso.
El destino de la planta generó atención, ya que este recinto tiene seis de los 15 reactores que hay en Ucrania y genera energía para cerca de cuatro millones de hogares.
Las tropas rusas tomaron la planta en medio de combates a principios de marzo que generaron un incendio en un centro de entrenamiento, que está junto al río Dnipró, al sur de la ciudad ucraniana de Zaporiyia, que todavía está controlada por Kiev.
No hubo un aumento de la radiación, pero los enfrentamientos generaron temores agravados por el hecho de que el país sufrió uno de los peores accidentes nucleares de la historia en 1986 cuando se produjo el desastre de Chernóbil.
Rafael Grossi, el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) dijo la semana pasada que es "extremadamente importante" que sus inspectores tengan acceso a esta planta, que fue construida en la década de 1980 pero ha sido modernizada en los últimos años.
Rusia insiste en que toma todas las medidas de precaución necesarias en la planta, donde ahora son sus tropas las que patrullan a la sombra de las dos enormes torres que albergan los reactores.
- "¡Todo está bien!" -
"La planta nuclear de Zaporiyia está operando con normalidad en cumplimiento con todos los estándares nucleares, radiológicos y medioambientales", dijo Valeri Vasilyev, general de división de las Tropas de Protección Nuclear, Biológica y Química a los periodistas durante la visita.
La fachada del edificio que se incendió sigue ennegrecida y sin cristales en las ventanas, pero no hay otros rastros de daños en la planta que sean visibles.
Los soldados que patrullan la planta o que permanecen detrás de sacos de arena colocados por el ejército no parecen preocupados y no llevan ningún equipo de protección contra la radiación.
"¡Todo está bien!", dijo a los periodistas Andrei Shevchik, el alcalde prorruso de Energodar, una localidad de unas 50.000 personas que fue construida en la década de 1970 para hacer funcionar la planta.
"Los residentes y los trabajadores de la planta nuclear están completamente seguros", dijo y agregó que se están creando las condiciones para que puedan trabajar, generar energía y mantener a salvo la planta.
Shevchik afirmó que la planta está "lista para venderle electricidad a Europa", antes de marcharse en un reluciente todo terreno pintado con una bandera rusa.
También afirmó que los residentes que habían huido estaban regresando, aunque no fue posible corroborar esta afirmación.
No está claro cómo está operando la planta, pero los trabajadores ucranianos siguen sus labores bajo la supervisión de los rusos.
La AFP no pudo entrevistar a los operarios ucranianos, ni tampoco hablar con los residentes de Energodar.
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