La "realpolitik" del italiano Mario Draghi en materia de gas ruso
Cuando Mario Draghi se refiere al gas ruso, camina sobre cáscaras de huevos. ¿Cómo manifestar su férrea oposición a la invasión de Ucrania sin dejar de comprar una materia prima clave para Italia?
Como Alemania, la península perdería mucho si Rusia cerrara el grifo del gas.
Y por eso Italia titubeó a la ahora de aprobar sanciones contra Rusia, aunque ahora figura, como los demás países de la Unión Europea (UE), en la lista negra de aquellos considerados "hostiles" por Moscú.
Al igual que Alemania, la otra gran economía europea que tiene dificultades para liberarse de la noche a la mañana del gas ruso, Italia vería con malos ojos un embargo europeo a los hidrocarburos rusos, como el anunciado el martes por el presidente estadounidense Joe Biden.
Italia importa el 95% del gas que consume, del cual un 45% proviene de Rusia. Alemania adquiere el 55% de su gas a Moscú. Pero en Italia representa el 42% del consumo energético y solo el 25% del de Alemania.
Por ello Roma se ha puesto como objetivo poner fin a esa dependencia "lo antes posible".
"No es una tarea fácil, pero hay que hacerla", admitió el miércoles Draghi ante la Cámara de Diputados. "Están en juego nuestra seguridad y nuestra libertad", advirtió.
Italia, que renunció a la energía nuclear hace más de tres décadas, planea aumentar su producción anual de gas natural de 3.340 millones a 5.000 millones de metros cúbicos. También va a aumentar sus importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) de Estados Unidos.
El ministro de Relaciones Exteriores, Luigi Di Maio, viajó a finales de febrero a Argelia, segundo proveedor de gas de Italia, para aumentar los suministros.
- "Economía de guerra" -
Otros productores, con un pasado turbulento, podrían entrar en liza, entre ellos Azerbaiyán, Túnez o Libia.
Draghi habló inclusive por teléfono con el emir de Catar, para garantizar mayores entregas de GNL a Italia.
Sin embargo, "esos suministros no son suficientes para suplir el posible recorte de gas de Rusia", explicó a la AFP Roberto Bianchini, director del Observatorio de Finanzas Climáticas del Politécnico de Milán.
"Nos estamos preparando para una economía de guerra, con la esperanza de que no lleguemos a tanto", confesó el viceministro de Relaciones Exteriores, Manlio Di Stefano.
"Si se corta el suministro de gas, tendríamos dos semanas garantizadas de plena autonomía, dos semanas sin industria y luego la oscuridad total", evaluó.
¿Una advertencia exagerada?
"Italia tiene actualmente una de las mayores reservas de gas de Europa, llega al 30%, puede importar más GNL y reactivar las centrales de carbón para evitar ese escenario. No habría apagón", sostiene Simone Tagliapietra, profesor de energía de la Universidad Católica de Milán con la AFP.
Según sus cálculos, la UE pagará a partir de abril 1.000 millones de euros (1.100 millones de dólares) diarios a Moscú para adquirir gas y petróleo.
- ¿Vuelve el carbón? -
El ministro italiano para la Transición Ecológica, Roberto Cingolani, admitió que dejar de depender del gas ruso va a necesitar tiempo.
"Necesitamos entre 24 y 30 meses para ser completamente independientes", dijo.
Si bien Draghi apuesta por un mayor uso de las energías renovables, no descarta prolongar la vida de la media docena de centrales de carbón aún en funcionamiento y condenadas a desaparecer en 2025.
"Para evitar un apagón, la única alternativa es utilizar las centrales de carbón", a pesar del nefasto impacto sobre el medio ambiente, sostiene Bianchini.
Draghi por su parte ha pedido sanciones europeas contra "sectores específicos, sin incluir la energía" de Rusia.
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