La nieve siembra el caos entre corredores y organizadores en el Giro de Italia
Recortada por la nieve, la 16ª etapa del Giro de Italia dio lugar este martes a un nuevo pulso entre los corredores, que amenazaron con huelga, y la organización, que quiso mantenerla a cualquier precio.
"Ridículo", un "circo", "dinosaurios": los ciclistas no se anduvieron con rodeos en sus opiniones hacia los organizadores de RCS el martes, en la estación de esquí lombarda de Livigno desde donde debería haberse iniciado esta etapa de montaña, y donde reinaba la confusión en medio de copos de nieve.
Desde hace varios días era conocido que la meteorología podía ser mala y el mítico puerto de Stelvio fue ya retirado del recorrido. En la tarde del lunes se intensificó la amenaza de mal tiempo y RCS publicó un nuevo protocolo que incluía tres opciones dependiendo de las condiciones.
La segunda, durante varias horas la favorita, preveía que los corredores puedan cambiarse de ropa en la cima del Giogo di Santa Maria, a 2.498 metros de altura, donde la carrera sería neutralizada durante tres minutos. Varios corredores y equipos tildaron esta medida de "ridícula" y "payasada".
La tensión aumentó en la mañana del martes, cuando el sindicato de corredores CPA publicó una carta, "firmada por el 100% de corredores" según su presidente Adam Hansen, al director de la carrera Mauro Vegni, amenazándole con una huelga de corredores si el Giogo di Santa Maria no era retirado de la etapa.
- "Espero que no haya accidentes"
Pero la dirección de carrera se mantuvo inflexible, y seguía apostando por una salida en Livigno. Propuso entonces a los corredores subir el primer puerto sin contar el tiempo.
"Puedo correr si así lo quieren", declaró el 'maglia rosa' Tadej Pogacar, de forma diplomática. "Pero espero que no haya accidentes que lamentar más tarde. Hay que respetar la seguridad de los corredores. El descenso es realmente peligroso, veamos qué deciden".
La lluvia se transformo en nieve, las discusiones se alargaron y nadie sabía ni cuándo ni dónde sería la salida, dando lugar a escenas esperpénticas.
- Muñecos de nieve
"Vamos a hacer muñecos de nieve", bromeó Julian Alaphilippe, que participa por primera vez en el Giro, prueba que por el momento del año en el que se celebra, se enfrenta regularmente a condiciones meteorológicas complicadas y a discusiones sobre la celebración o no de ciertas etapas.
A las 11h52 locales (9h52 GMT), RCS envía finalmente un comunicado, anunciando que los corredores harían la salida ficticia... a las 11h50 en Livigno, "para las fotos", opina el ciclista francés Benjamin Thomas. Después, el pelotón tendría que desplazarse en bicicleta hasta Lasa pasando por un túnel y no por el puerto.
Pero a esa hora, ningún corredor se presentó. Estaban todos en sus coches, con la bicicleta sobre el techo y listos para desplazarse a una nueva salida, pero protegidos de la meteorología y no pedaleando.
"Pese a nuestro acuerdo y un apretón de manos, los deportistas no se han presentado", lamentó RCS en un comunicado.
Finalmente, el cortejo motorizado se puso en camino hacia la nueva salida de la etapa (reducida a 118 km y prevista tres horas y media después) dejando a su paso la sensación de un enorme caos.
"El problema es que la montaña y el clima pueden cambiar muy rápido y ha que esperar hasta el último momento para tomar una decisión", se defendió el director de la carrera Mauro Vegni, valorando haber encontrado "un compromiso justo que contentaba a todo el mundo".
EL australiano Ben O'Connor, cuarto en la clasificación general, no opinó igual: "Me gustaría verle en nuestro lugar. Estamos en 2024 y todavía tenemos a dinosaurios incapaces de tener en cuenta el lado humano. Es una de las carreras peor organizadas del mundo".
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