Etapa y amarillo para Hindley, Vingegaard da el primer golpe a Pogacar
El australiano Jai Hindley (Bora) ganó en solitario la quinta etapa del Tour de Francia, este miércoles en Laruns, logrando el liderato de la carrera tras una exhibición en el Col de Marie Blanque, en una jornada en la que Jonas Vingegaard sacó casi un minuto a Tadej Pogacar.
"Estoy muy contento de tener este maillot. No era el plan esta mañana, pero me sentí bien y me metí en la escapada. Intenté lograr el máximo de tiempo con los otros líderes", explicó Hindley.
La primera jornada de montaña de la carrera estuvo marcada por el ataque de Vingegaard, ganador del Tour en 2022, distanciándose de su gran rival Pogacar a poco más de un kilómetro de la última cima, para conservar 53 segundos de ventaja tras el descenso hacia Laruns.
- Kuss, un marcaje al hombre -
Vingegaard, ambicioso, fue ampliando su ventaja sobre Pogacar, incluso en el largo descenso hacia la meta, superando uno por uno a los supervivientes de las escapadas del día, aunque sin poder alcanzar a Hindley, que había estado en el primer grupo de 36 aventureros al inicio de la etapa.
A los 27 años, el australiano, que debuta en el Tour tras haber ganado el Giro en 2022, toma el maillot amarillo que tenía Adam Yates (UAE) desde la primera etapa. Ahora tiene una buena ventaja sobre los favoritos, empezando por Vingegaard, al que saca 47 segundos.
Pero el danés es sin duda el otro 'ganador' en la quinta etapa, bien ayudado por sus compañeros del Jumbo-Visma, que estuvieron todo el día en la parte delantera de la carrera, a imagen de Wout Van Aert, que ganó el premio de la combatividad este miércoles.
"El plan era meter chicos en la escapada, teníamos tres. En el papel no era una etapa que me iba muy bien. Pero en la última ascensión sentí que tenía buenas piernas", explicó Vingegaard, convertido ya en el ciclista a batir en el presente Tour.
En la parte final de Marie Blanque, fue Sepp Kuss, el principal 'sherpa' de Vingegaard, el que provocó la ruptura definitiva en el grupo de favoritos, imprimiendo un ritmo infernal.
"Le dije a Sepp que se fuera adelante y ataqué. Me sorprendió que Pogacar no fuera capaz de seguirme. Quería probar un poco y mis piernas estaban realmente bien. Estoy muy contento de mi actuación, de tener un minuto de ventaja sobre él", explicó el danés, respondiendo "no saber" si ahora es el principal favorito a la victoria final.
Una vez Vingegaard había volado, el ciclista estadounidense se pegó a la rueda de Pogacar, que no abandonó hasta la meta.
- '¡Qué ataque!' -
El esloveno, ganador del Tour en 2020 y 2021, tendrá la ocasión de tomarse la revancha desde el jueves, en la segunda etapa pirenaica. Pero las dudas crecen acerca de su estado de forma, tras su fractura de muñeca el 23 de abril.
"Vingegaard fue demasiado rápido en la ascensión (a Marie Blanque). Intenté aguantar lo máximo posible, pero estaba realmente fuerte... ¡Qué ataque! No se puede hacer nada en una situación así, cuando alguien es más fuerte que tú", reconoció Pogacar.
El jueves, la sexta etapa, con la asistencia del presidente francés Emmanuel Macron, tendrá la primera llegada en alto de la 110ª edición, en Cauterets-Cambasque, tras pasar por dos gigantes de los Pirineos, el Aspin y el Tourmalet.
Con salida en Tarbes, esta etapa corta (144,9 km) pero muy exigente tiene cuatro ascensiones en el programa. Después de subir el Capvern-les-Bains (5,6 km al 4,8%) como 'calentamiento', los corredores afrontarán dos puertos legendarios del Tour, el Aspin (12 km al 6,5%) y sobre todo el Tourmalet (17,1 km al 7,3%), antes de la subida final hacia Cauterets-Cambasque (15,9 km al 5,4%).
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