Funeral en Jerusalén de la periodista palestina Shireen Abu Akleh
Una iglesia de Jerusalén acoge este viernes el funeral de la periodista palestina-estadounidense Shireen Abu Akleh, quien murió el miércoles de un disparo en la cabeza durante una operación militar israelí en Cisjordania.
Su funeral tendrá lugar en un contexto de violencia continua, al estallar nuevos enfrentamientos en el campo de refugiados de Yenín, donde murió la periodista, en los que un palestino resultó herido de bala en una nueva operación del ejército israelí, según la agencia oficial palestina Wafa.
Los restos de la popular reportera de la cadena catarí Al Jazeera, cristiana de 51 años nacida en Jerusalén Este, serán enterrados más tarde cerca de sus padres en un cementerio cercano a la Ciudad Vieja.
La policía israelí dijo a la AFP que como prevención, debido a que se esperan "miles de participantes" en el funeral, desplegó fuerzas adicionales y cerró carreteras.
Miles de palestinos ya le rindieron homenaje el jueves durante una ceremonia oficial en Ramala, sede de la Autoridad Palestina de Cisjordania.
La periodista, con chaleco antibalas con el rótulo "Prensa" y un casco, cubría una operación militar en un campo de refugiados en Yenín, en Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.
El anuncio de su deceso conmocionó a la población palestina y al mundo árabe, que había seguido durante más de dos décadas sus reportajes de Al Jazeera, pero también en Europa y Estados Unidos.
En varios territorios palestinos surgieron protestas espontáneas y una calle de Ramala fue rebautizada con su nombre.
- "Pruebas forenses" -
El ejército israelí lanzó varias operaciones en las últimas semanas en el campo de refugiados de Yenín, bastión de las facciones armadas palestinas en el norte de Cisjordania, de donde proceden los autores de recientes atentados mortales en Israel.
El origen de la bala mortal dio lugar a varias hipótesis. Al Jazeera acusó a las fuerzas israelíes de matar "deliberadamente" y "a sangre fría" a su periodista estrella.
El primer ministro israelí, Naftali Bennett, sugirió que "probablemente" había muerto a consecuencia de los disparos de combatientes palestinos.
Pero unas horas más tarde, su ministro de Defensa, Benny Gantz, dijo que el ejército "no está seguro de cómo fue asesinada". "Puede haber sido un palestino el que le disparó (...) El disparo también puede haber venido de nuestro lado, estamos investigando", añadió.
"Necesitamos las pruebas forenses" de los palestinos, incluida la bala que mató a la periodista, para realizar una investigación "completa", añadió Gantz.
Israel ha pedido a los palestinos la bala para que "se pueda llevar a cabo una investigación científica para rastrear el origen del disparo", dijo a la AFP una fuente de seguridad israelí.
Israel también ofreció a funcionarios palestinos y estadounidenses "estar presente" durante el examen, según la misma fuente.
- Diferencias sobre la investigación -
La Autoridad Palestina, dirigida por Mahmud Abas, ha rechazado la idea de una investigación conjunta con Israel, acusando al ejército israelí de haberla matado.
"Consideramos a las autoridades de ocupación israelíes plenamente responsables de su muerte", dijo Abas durante la ceremonia del jueves, explicando su negativa a una investigación conjunta por el hecho de que "las autoridades israelíes cometieron este crimen y no confiamos en ellas".
También dijo que quería remitir el caso a la Corte Penal Internacional.
"La investigación debe ser completamente independiente", afirmó Husein Al Sheikh, un alto funcionario de la Autoridad Palestina, prometiendo hacer públicos los resultados "con gran transparencia".
Por su parte, Bennett afirmó que, "lamentablemente, la Autoridad Palestina está impidiendo en este momento cualquier posibilidad de una investigación conjunta o incluso el acceso a las conclusiones básicas que son necesarias para llegar a la verdad".
Estados Unidos "condenó enérgicamente el asesinato" y pidió una investigación "transparente", preferiblemente conjunta entre israelíes y palestinos.
La ONU y la Unión Europea pidieron una investigación "independiente".
En una visita a Teherán el jueves, el emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani, acusó a Israel de la muerte de la periodista.
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