Miren Arzalluz, directora del Museo de la Moda de París o cómo aprender a resistir y divertirse
Directora del Museo de la Moda de París desde hace casi siete años, la historiadora española Miren Arzalluz ha aprendido a navegar las presiones del sector e incluso a divertirse, por ejemplo desfilando para Balenciaga.
El Palacio Galliera, sede del museo, duplicó la superficie de exposición y creó una colección permanente de ropa bajo el mandato de Arzalluz, que desembarcó en la institución a finales de 2017.
El próximo objetivo es "crear una Sociedad de Amigos" del museo, según explicó en entrevista con la AFP.
"Estamos trabajando ya en la creación de un círculo de amigos, de mecenas, algo que no existe en el museo y que esperamos que nos ayude a traer a gente que se sienta comprometida con un patrimonio de moda", explicó.
Los nuevos espacios de exposición de Galliera fueron inaugurados hace dos años bajo el patrocinio exclusivo de la casa Chanel, un ejemplo de esa colaboración.
Ese círculo de mecenas podría estar listo en 2025, añade Arzalluz.
"La profesionalización del patrimonio de las casas de moda me parece una maravillosa noticia. Eso nos ayuda a todos", reflexiona esta historiadora nacida en 1978, hija del destacado político nacionalista vasco español Xabier Arzalluz (1932-2019).
"Pero nosotros necesitamos fondos para seguir adquiriendo obras y claro, somos una institución pública, con un presupuesto nada desdeñable pero limitado", añade.
- Un desfile "excepcional" -
Las grandes casas de lujo instaladas en París han ido con los años creando sus propios museos o espacios de exposición permanentes, como Saint Laurent o Dior, y ya forman parte del itinerario turístico de la ciudad.
El volumen de negocios de la moda en Francia gira en torno a los 154.000 millones de euros anuales, según cifras de la Federación de Costura y Prêt-à-Porter.
El peso de la moda de lujo es considerable, y esa presión se siente también a la hora de organizar exposiciones en el seno del museo, revela Arzalluz.
"Nosotros siempre dejamos muy claro que somos un museo público y que por lo tanto, las decisiones finales nos corresponden. Y que la independencia científica, deontológica, es innegociable. Pero eso no quiere decir que no sintamos presiones", explica.
Las grandes marcas "quieren saber a quién vamos a poner o qué diseñador va a estar representado más o menos en una exposición temática", añade.
"Son muy conscientes del prestigio de los museos y de su papel con respecto al público", añade.
Dos exposiciones han marcado la historia reciente del museo: una dedicada a Frida Kahlo, con más de 200.000 visitantes (2022), y otra sobre Coco Chanel (120.000 visitantes).
Arzalluz se especializó en el mundo de la moda tras varios años de trabajo en la política internacional en Londres.
"Mi familia me apoyó totalmente, los que sí se sorprendieron fueron mis colegas de trabajo, que me miraron como si me hubiera vuelto completamente loca", explica con una sonrisa.
Se especializó en la figura del legendario diseñador vasco Cristóbal Balenciaga y dirigió la fundación de la casa de moda entre 2006 y 2013.
En 2010 publicó la biografía del modisto, y recientemente asesoró a los creadores de la serie española "Balenciaga" en la plataforma Disney+.
En octubre pasado desfiló a petición del diseñador actual de la casa, el georgiano Demna Gvasalia. Un episodio "excepcional" en su recorrido profesional, aclara con una sonrisa.
"En el plano personal estaba aterrada, pero como historiadora tenía esa curiosidad de vivir ese otro lado de la barrera", explica.
Balenciaga era reputado por su extrema discreción y por su obsesión por la creación artesanal de la ropa.
Si el creador vasco levantara la mirada hacia el estado actual de la moda, "yo creo que nos miraría como si estuviéramos todos locos", reflexiona Arzalluz.
Pero el mundo de las pasarelas, invadido actualmente por las "influencer", o por estrellas de la música, corresponde en el fondo a esa obsesión de "renovarse completamente" del sector, acepta.
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