"Devastados": Una localidad pesquera española enlutada por un naufragio
Banderas a media asta, enormes lazos negros en el puerto y el dolor de los familiares. La localidad española de Marín mostraba su tristeza por los muertos y desaparecidos del naufragio de un pesquero frente a Canadá, varios de ellos de este puerto gallego.
En la avenida principal que bordea el amplio puerto de esta localidad de 24.000 habitantes en Galicia (noroeste), una gran pancarta luminosa mostraba un mensaje en blanco y negro: "Todo nuestro apoyo al Villa de Pitanxo".
El texto se refería al pesquero con base en Marín que naufragó el martes en las aguas de Terranova, en Canadá, con 24 tripulantes a bordo --16 españoles, cinco peruanos y tres ghaneses--, en la mayor tragedia pesquera para España en casi 40 años.
Solo tres pudieron ser rescatados con vida --y recuperados nueve cadáveres-- y las autoridades canadienses advirtieron de que era "improbable" conseguir otros sobrevivientes en esa gélida zona del Atlántico y dieron por finalizada la búsqueda.
- "En shock" -
"Mis hijos están devastados", señala a la AFP Carolina, esposa de Jonathan Calderón, desaparecido en la tragedia, un peruano de 39 años que tenía más de una década viviendo en Marín y saliendo a faenar en el mar.
Esta menuda mujer de largos cabellos negros originaria de Chiclayo (norte de Perú) dice esperar "que encuentren todos los cuerpos, más que nada, porque eso es muy importante para las familias".
Jonathan "conocía bien [el mar], porque trabajó en Uruguay, luego en las Malvinas, y tenía 12 años en la tripulación del Pitanxo", dice Carolina, al afirma que cuando habló por última vez con su marido el lunes, este no le hizo ninguna mención de que hubiera mal tiempo.
"Mi nieto está en shock, él cree que su papá va a venir, pero la niña parece que lo ha aceptado porque dice: 'Papi ha muerto'", contó momentos antes entre lágrimas la madre de Carolina sobre sus dos nietos, de 16 y 10 años.
"Solo queremos saber si está vivo o muerto. (...) Nosotros ya sabemos qué pasa cuando te caes a aguas como las de Terranova. La supervivencia es cuestión de minutos", señaló Carlos Ordóñez, tío de William Arévalo, otro peruano residente en Marín desaparecido en el naufragio.
- El ADN de "los pueblos del mar" -
Cerca del puerto, en el que varios edificios mostraban grandes crespones negros en señal de luto, se encontraba la armadora Nores, propietaria de la embarcación, donde durante el día llegaron varios familiares a buscar noticias de sus seres queridos.
La empresa solo dejaba pasar a los allegados, que recibían atención de psicólogos de la Cruz Roja, constató un periodista de la AFP.
Frente al puerto se encuentra el edificio del Ayuntamiento de Marín, con las banderas izadas a media asta, donde el miércoles a las 20H00 locales (19H00 GMT) se guardó un minuto de silencio por las víctimas.
"Los pueblos de mar sabemos lo que es vivir en la incertidumbre, forma parte de nuestro ADN, como el agua salada, la pesca o la cultura marinera", señaló una declaración institucional de la alcaldía.
"No podemos apenas imaginar la sensación de conmoción, la inmensa tristeza y el dolor que están atravesando las familias del Villa de Pitanxo. No somos capaces de hacerlo", agregó la declaración.
"Siento una tristeza muy grande, porque esa gente que sale así a la mar, y no pueden volver a casa...", dice con cara de pesadumbre María Dolores Polo, una asesora legal de 52 años que caminaba frente al puerto bajo una lluvia pertinaz.
"Y a ver si recuperan todos los cuerpos", señala sin muchas esperanzas esta mujer que ha residido toda su vida en esta localidad que vive de la pesca, ubicada frente a la Ría de Pontevedra que termina en el Atlántico.
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